PINTURA + POESÍA
con Lidia Gómez Pérez
Los artistas Álex Barros (pintor) y Lidia Gómez Pérez (poeta) unen sus disciplinas en Versos al óleo, un proyecto inédito, un diálogo entre la poesía y la pintura.
El proyecto consta de una serie de sesiones y talleres en el estudio Arte Para Todos (Madrid) en las que se entrelazan la pintura en vivo y la escritura. De estas sesiones se desprenden las obras y poesías que de manera individual y colectiva se generaron durante 7 talleres realizados durante el mes de Noviembre de 2020.
PINTURA + POESÍA
with Lidia Gómez Pérez
Artists Álex Barros (painter) and Lidia Gómez Pérez (poet) unite their disciplines in Versos al óleo, an unprecedented project, a dialogue between poetry and painting.
The project consists of a series of sessions and workshops in Arte Para Todos gallery (Madrid) in which live painting and writing are combined. From these sessions are the works and poems that individually and collectively were generated during seven workshops held during the month of November 2020.
Este proyecto comenzó a caminar en un momento tan imprevisible, vertiginoso y extraño que, al principio, nos dio miedo que su recorrido pudiera ser demasiado corto. Sin embargo, tuvimos la suerte de poder celebrar todas las sesiones de Versos al óleo, de disfrutarlas, de compartirlas. Gracias a todas las personas que formaron parte de los talleres en el estudio Arte para todos convergieron sensibilidades, enfoques y caminos muy distintos. Hubo espacio para la palabra y el silencio. Y para ese espacio fronterizo que queda entre ambos y que, con suerte, a veces se topa con los límites difusos, plurales, cambiantes de la creación artística. Despliegue de libertad que de un modo u otro nos atraviesa, nos interroga, nos transforma.
También hubo tiempo para trazar la sombra de ambos, la palabra y el silencio, su perfil fugaz. Colorearla, darle textura, luminosidad. Llenarla de azules, naranjas, violetas, rojos, amarillos. La conexión entre el lenguaje poético y el pictórico, lejos de los compartimentos estancos y las categorías anquilosadas, dio lugar a lo imprevisto y a veces, incluso, a lo impensado. Nos hizo ofrecer lo que no sabíamos que sosteníamos en las manos o lanzar la piedra pesada que ya no queríamos más como equipaje, descender para volver a tocar tierra. Nos permitió escuchar a los otros, a las otras, y hablarles lo más lejos posible de la convención, de esa parte del lenguaje que sólo es útil para decir lo que no nos da vértigo. “El secreto es que también hay belleza. También hay belleza. También hay belleza”, apuntó Mirta
Rosenberg. Podemos jurar que en esos encuentros también hubo belleza. También hubo belleza. También habrá belleza.
Lidia Gómez Pérez, 2021